Medio Ambiente: Puma, minibús o teleférico, ¿cuál es más saludable?

por: Rubén Mamani Paco y Gabriela Keseberg Dávalos

Mientras más antiguos sean los vehículos que transitan por la ciudad, “más problemas de salud tendremos”, aseguran los autores de este estudio sobre la contaminación del aire ocasionada por el transporte público en La Paz y El Alto. Alertan sobre la importancia de cambiar el uso de los motores a diésel por otros más ecológicos y seguros.

El accidente con un micro antiguo en agosto 2018 que dejó muertas a siete personas puso en relieve la urgencia de actualizar el parque vehicular de la ciudad de La Paz. Actualmente la preocupación principal es sacar del tráfico a estos micros por razones de seguridad, por ejemplo, por posibles fallas mecánicas. Pero la verdad es que ya nos estaban matando lentamente a todos de otra manera: con la contaminación que emiten a diario.

Mientras más vehículos haya en la ciudad y mientras más antiguos sean, más problemas de salud tendremos los ciudadanos a largo plazo. Por ello, este artículo quiere conscientizar sobre el problema. Proponemos soluciones con beneficios de salud e incluso económicos para la población y el Estado.

El test: ¿minibús, Puma o teleférico?

Ilustración por ABECOR

Como primer paso hicimos un test “ecológico”. Queríamos comprobar qué alternativas tienen los paceños y alteños para no arriesgar su salud a diario en el transporte público. Hicimos mediciones de la calidad de aire dentro de las tres principales formas de transporte público en el área urbana de La Paz:

1) un minibús recorriendo el centro paceño
2) el Puma Katari desde el centro hasta la calle 15 de Calacoto
3) el teleférico Amarillo desde la estación de la curva Holguín hasta Ciudad Satélite

Y en El Alto:

1) Avenida 6 de Marzo a la Ceja
2) teleférico Azul desde extranca a la Ceja

Usamos cada uno de estos medios de transporte en horas pico y lleno de pasajeros. Medimos diferentes contaminantes presentes en el aire dentro de estos medios de transporte. Para esto utilizamos instrumentos de monitoreo sencillos y comerciales: el Air Mentor Pro para medir l as partículas finas PM(2.5), los compuestos orgánicos volátiles (COVs) y el dióxido de carbono CO2 y el Dylos 1700 para medir el número de partículas finas.

Estos instrumentos son útiles para mostrar tendencias (concentraciones altas, medias y bajas). Los sensores de bajo costo son cada vez más utilizados por ciudadanos científicos para tener una idea aproximada de la calidad de aire.

Medimos concentraciones de las partículas más pequeñas (partículas menores a 2.5 micrones en diámetro, PM (2.5), 30 veces más pequeñas que el grosor de un cabello humano), compuestos orgánicos volátiles totales (COVs) y dióxido de carbono (CO2). Estos tres contaminantes pueden dañar la salud humana si sobrepasan ciertos niveles.

Cuando hay demasiadas partículas presentes, el aire se torna opaco y con poca visibilidad. Lo que hace peligrosas a estas partículas es su tamaño tan fino y porque pueden contener metales tóxicos y compuestos orgánicos. Debido a su tamaño tan pequeño llegan a penetrar los pulmones y de ahí el torrente sanguíneo. De esta manera tienen la capacidad de llegar a diferentes órganos y causar inflamación.

La Organización Mundial de Salud (OMS) indica que un 43% de las enfermedades pulmonares y cáncer de pulmón son atribuidas a la polución de aire. Y nuevos estudios sugieren que alrededor de 14% de casos de diabetes tipo 2 podrían estar relacionados a partículas finas, PM (2.5).

Los resultados

Los resultados fueron un tanto inesperados. En cuanto a partículas finas, las PM (2.5), que son las más contaminantes, el interior del bus Puma Katari tiene la mayor concentración. Está por encima de las concentraciones en el minibús o en el teleférico. La razón: el uso de diésel como combustible. Las correspondientes emisiones de hollín son peligrosas para la salud humana.

Pero si consideramos los niveles de gases como COVs y CO2, que no son tan peligrosos como las partículas, las concentraciones más altas se encuentran en los minibuses. Esto debido al espacio reducido y la pobre o nula ventilación. Existe muy poca información sobre las concentraciones y exposición a estos contaminantes en ambientes cerrados o interiores, a pesar de que la mayor parte del tiempo las personas se encuentran en este tipo de espacios. Por eso aconsejamos que siempre haya ventanas abiertas en el minibús, por más frío que haga.

El teleférico tiene las menores concentraciones de contaminantes atmosféricos, tanto de partículas PM (2.5) como de gases medidos CO2 y COV. Estos resultados tendrían que ser confirmados con instrumentos de mayor precisión. Sin embargo, los aparatos utilizados ya nos dan una pauta del tipo de contaminantes atmosféricos a los que los habitantes de nuestra ciudad están expuestos. Por lo tanto, al menos en términos de contaminación, el teleférico es el transporte público más saludable.

Tipos de contaminantes

Existen una variedad de contaminantes en el aire. Se pueden medir tanto en el aire exterior, como también dentro de ambientes cerrados: en casas, restaurantes o vehículos. En Bolivia, la Ley de Medio Ambiente 1333 tiene límites máximos permisibles para las concentraciones en el aire exterior para partículas y gases. Son partículas menores a 10 micrones de díametro (PM10) , Óxidos de Azufre, Óxidos de Nitrógeno, Ozono, Monóxido de Carbono y Plomo. Pero no tiene para otros, más tóxicos, como ser partículas menores a 2.5 micrones de diámetro, compuestos orgánicos volátiles (COVs) y dióxido de carbono. Se debería comenzar a monitorear las partículas más pequeñas (PM2.5) a nivel nacional, ya que son las que mayor daño ocasionan a la salud humana, especialmente a niños y a adultos mayores.

En La Paz y El Alto, la concentración de PM (2.5) en el aire fácilmente duplica los límites establecidos por la OMS.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera dañino a la salud concentraciones de PM (2.5) en el aire mayores a 25 microgramos por metro cúbico (ug/m3) para un promedio de 24 horas. En el año 2016, la OMS atribuyó 4.2 millones de muertes prematuras en el mundo a la contaminación del aire por PM (2.5). En La Paz y El Alto, la concentración de PM (2.5) en el aire fácilmente duplica los límites establecidos por la OMS, sobre todo en las principales avenidas y calles de la ciudad durante las horas pico. En especial en las calles congestionadas de buses y minibuses.

El peligro del diésel

Dependiendo del combustible, se emiten mayor o menor cantidad de partículas finas, PM (2.5). Es así que los motores a diésel emiten las mayores cantidades de PM (2.5). Le siguen los de gasolina y los de gas natural que emiten en poca cantidad.

Actualmente diferentes ciudades en el mundo, especialmente en Europa, han comenzado a prohibir el uso del diésel. Compañías automotrices como Toyota, Fiat Chrysler y Porsche, han anunciado que dejarán de fabricar y comercializar vehículos a diésel en los próximos años.

Debido a que las partículas finas, PM (2.5), son emitidas mayormente por vehículos a diésel (buses, camiones, equipo pesado), se deben adoptar alternativas limpias al transporte en la zona metropolitana. Esto reduciría el número de personas con enfermedades respiratorias y los costos asociados. Una medida rápida sería la de prohibir el acceso de vehículos a diésel al centro de la ciudad.

La ventaja de vehículos eléctricos

En ciudades como Londres y Santiago ya se utilizan buses eléctricos. Fabricantes de buses como Volvo, han anunciado que a partir del próximo año solo comercializaran buses híbridos o eléctricos. Por eso sorprende que el Puma Katari y su hermano pequeño (sin nombre aún) sea a diésel y no eléctrico. Sobre todo en El Alto, ciudad completamente plana y altamente contaminada, los Wayna Buses deberían ser todos eléctricos.

Una razón más para el cambio hacia un mejor sistema de transporte es el factor económico. El problema latente en el uso de vehículos a diésel y gasolina es el subsidio a estos combustibles, ligado a los precios internacionales. Un súbito cambio en estos precios podría forzar al Estado a elevar el costo de estos combustibles y elevaría el costo de vida de la canasta familiar.

La migración a vehículos eléctricos se podría realizar de a poco. Sería además una medida estratégica para fomentar la industria de baterías de litio. Inclusive muchos vehículos ya existentes podrían ser transformados a vehículos eléctricos. Es un área que generaría fuentes laborales.

Hacia el futuro inmediato

La Paz y El Alto no sólo necesitan un transporte público más ecológico y seguro de inmediato, sino que necesitan leyes y políticas comprometidas y visionarias en esta área. Si no se toman estas medidas ya, subirá el número de muertes por contaminación, subirán los costos de salud, se derretirán más rápido los glaciares y habrá más crisis de agua.

Si no se toman estas medidas ya, subirá el número de muertes por contaminación.

Algunas recomendaciones para lograr esta transformación tienen que ver con cambiar a buses eléctricos en La Paz y El Alto (y en el resto del país), prohibir la entrada de vehículos a diésel al centro de la ciudad, prohibir el uso de diésel paulatinamente e incentivar el cambio a autos eléctricos, aprovechando el recurso de litio, bajar el precio del pasaje de teleférico, sobre todo durante las horas en las que va prácticamente vacío, para que más personas lo usen, incentivar un cambio de mentalidad en las personas para que dejen en casa su auto.

Portada suplemento Ideas

La contaminación del aire no solo tiene impactos en la salud pública sino en el calentamiento global, por lo que es muy importante reducirla. Bolivia no tiene porqué cometer los mismos errores que se hicieron en otros países con el pretexto del desarrollo. Las soluciones ya existen. Sólo falta implementarlas.

Punto de vista

Gustavo Bejarano Especialista en Movilidad y Asesor del GAMLP

“Ecoeficiencia, la bandera del Pumakatari”

Una de las premisas con las que nació La Paz BUS es la de tener vehículos con el menor impacto en el medioambiente. Toda nuestra flota operativa cumple con la norma Euro III que está relacionada a la emisión de gases contaminantes.

Existen normas más exigentes, en cuanto al nivel de emisiones, que se aplican en otros países, pero para cumplirlas se requieren motores más modernos, que no pueden ser utilizados en Bolivia porque la refinación del diésel todavía no alcanza la calidad requerida, pese a que el plazo establecido por la Ley General de Transportes para la implementación de la norma Euro IV en el país se ha cumplido hace más de dos años. Mientras el gobierno central no haga esfuerzos reales por mejorar la calidad de los carburantes, ni La Paz BUS, ni ningún otro operador de transporte podrá avanzar en el uso de motores con mayor ecoeficiencia.

Pese a este factor, es necesario puntualizar que las pruebas hechas a los buses PumaKatari por los laboratorios del Instituto de Investigaciones Mecánicas y Electromecánica de la UMSA determinaron que la emisión de gases de los vehículos que prestan servicio en La Paz BUS está por debajo de los límites que señala la norma boliviana vigente.

Por ejemplo, mientras que la norma NB62002 vigente en Bolivia fija un máximo de 75% de opacidad en la emisión de gases para vehículos a diésel en la altura de la ciudad de La Paz, las pruebas hechas por la UMSA a los buses PumaKatari fijaron este indicador entre el 36 y el 44% como máximo (casi la mitad).

Sobre las iniciativas que han tomado dos países del continente para cambiar el uso de combustibles fósiles a vehículos eléctricos hay que señalar que el cambio de matriz energética implica una acción de todo un país y no solo de un municipio. Mientras esto no ocurra en Bolivia, aventurarse, de manera puntual a implementar buses eléctricos para La Paz representaría gastos que inviabilizarían el proyecto al no contar con un sistema de estaciones de recarga, recursos humanos formados en el mantenimiento de este tipo de vehículos, o siquiera investigaciones en campo sobre su desempeño en una ciudad con las peculiaridades topográficas y de altitud de nuestra ciudad. Sin mencionar el dato, no menor, que el costo de los buses eléctricos se multiplica por cinco con relación a los buses convencionales a diésel.

Publicado en: Suplemento IDEAS, Página Siete, Bolivia

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